Maieutique Transcendante.

El despertar

El Despertar espiritual

El hombre vive en un estado semiconsciente.

Su mundo interior, lleno de pensamientos repetitivos y obsesivos, es el crepúsculo.

Las posibilidades sin explotar de la conciencia humana son inmensas.

Es posible que la experiencia consciente se vuelva más amplia, más profunda, más intensa, más lúcida.

Hay técnicas para esto.

Cuando las practiques, sentirás que estás saliendo de una especie de «sueño interior». Verás que la mayoría de la gente que te rodea son sonámbulos.

Entonces te darás cuenta de que la expresión «despertar espiritual» no es una alegoría poética ni una fórmula simbólica, es una verdad literal, cuyo brillo te cegará.

Entrarás en otro estado de conciencia.

Un amanecer interior se levantará y la verdad buscada por los hombres a través de todas las formas de espiritualidad, más allá de las palabras, será conocida por ti de una forma evidente.

PERSPECTIVA DEL DESPERTAR

La práctica incansable por sí sola conduce a la realización. No hay ninguna duda al respecto.

(Hathayogapradîpîka – 1-66)

Vamos a presentarles, en forma de una serie de tomas de consciencia, la práctica de lo que constituye la esencia del Despertar. Evidentemente, encontraremos la reanudación de los temas principales del resumen de la enseñanza. Pero mientras que el resumen sólo pretendía permitir una clara comprensión, esta vez trataremos de exponer el aspecto práctico y realizador.

Algunas tomas de conciencia provienen de la práctica diaria de la meditación, otras pueden realizarse tanto en momentos de silencio y aislamiento contemplativo, como en la realización de las actividades diarias. La introducción de las tomas de conciencia, de las que se deriva el Despertar Espiritual en las actividades diarias, es un elemento fundamental de la disciplina. El carácter extremadamente condensado de las diversas evocaciones que vais a leer requiere, para quien quiera comprender a un nivel profundo, una lectura muy lenta, varias relecturas sucesivas y un esfuerzo para realizar en sí mismo las tomas de consciencia sugeridas. Llamamos «perspectiva» a cada faceta del viaje de la Realización Espiritual. Algunas perspectivas son sólo pasos que conducen a perspectivas más profundas. Otras son el desarrollo de lo que estaba implícitamente contenido en una perspectiva anterior. Y finalmente, hay una tercera categoría de perspectivas que son independientes, aunque complementarias, de las que las precedieron, y que pueden ser abordadas desde el comienzo de la búsqueda. Comprender una perspectiva no es nada. Lo importante es la capacidad de vivir su contenido interiormente. El conjunto de perspectivas forma una disciplina de realización cuyo valor se verifica en la experiencia. Algunas perspectivas requieren varios años de trabajo antes de que seamos capaces de vivirlas. Es poco probable que el autodidacta complete tal trabajo. La ayuda de alguien que ya está en el sendero es, repitámoslo, necesaria.

1° Perspectiva llamada de la observación corporal
Presta atención a las sensaciones corporales. Siente la presión del cuerpo sentado que reposa sobre diferentes puntos en alguna superficie dura. Percibe el va y viene de la respiración. La sensación del aire que penetra en los pulmones y vuelve a salir a través de las narices. Toma consciencia de la presencia del aire a tu alrededor, de su sensación en tu rostro. Presta atención a la circulación de la sangre.  Percibe el calor de su movimiento interno.  Toma consciencia de una forma global de la vida del cuerpo. Siente esta vida que palpita dulcemente. Date cuenta de que eres el tranquilo observador de esta vida, y que como tal observador eres distinto de lo que observas. Siente que eres el testigo silencioso de la vida del cuerpo, que está sentado. Quien efectúa regularmente esta toma de consciencia, sentirá crecer la calma dentro de él, poco a poco.  Paralelamente a esta calma, el sentimiento de ser el observador y no el cuerpo observado será cada vez mayor y más intenso.

Este es el comienzo del camino. Es un comienzo fácil, abordable para todos y, sin embargo, en él estáis ya superando la superficie de la existencia.

2° Perspectiva llamada de la observación sentimental
Pasa revista a los sentimientos que unen con otras personas, lugares, posesiones, recuerdos o proyectos. Haz esto tranquilamente, sin detenerte demasiado en la evocación de cada sentimiento.  Basta con repasar brevemente los lazos sentimentales, con ver interiormente que en ti hay una corriente sentimental, que potencialmente te ata a esta o aquella persona, a alguna esperanza o a algún recuerdo. Debes ver uno por uno los lazos sentimentales que te atan, para así poder discernir, poco a poco, su estructura afectiva. Traza rápidamente la génesis y la fabricación de ciertas ataduras efectivas. Observa de esta forma los lazos tanto positivos como negativos. Si un sentimiento de rencor o de frustración, te une a un acontecimiento o a una persona, obsérvalo como un espectador indiferente. Constata objetivamente su presencia. Míralo con una atenta curiosidad, sin emitir ningún juicio de valor. Míralo, como mirarías a un insecto raro, que marcha sobre la hierba. Contemplando una a una tus Potencialidades efectivas, date cuenta y comprende, como engendran fenómenos, que se producen espontáneamente sin tu intervención.  El odio, el amor, la decepción o el coraje, la tristeza, la alegría …. surgen como las nubes y los relámpagos surgen en el cielo. Estos no te consultan. Van, vienen, se desarrollan y desaparecen independientes de tu voluntad. Date cuenta de esto. Date cuenta de que tu realidad se encuentra más allá de los tumultos o de las harmonías sentimentales.

Tu capacidad de profundización sólo crecerá paso a paso, cuando hayas abandonado toda urgencia.

Lo que se adquiere en la inmovilidad silenciosa, renace progresivamente en el seno de las actividades modificando tu comportamiento.

3° Perspectiva llamada de la observación de la mente

Cierra los ojos y contempla lo que sucede en tu interior. Mira el ir y venir de los pensamientos.  Observa atentamente c6mo se encadenan los unos a los otros. Cómo nuevos pensamientos irrumpen en la escena. Ningún esfuerzo mental es necesario para ello. Tu estás allí, tranquilo, atento y observador de los movimientos de la mente. Si tu observación levanta todos esos arabismos, te encuentras frente al vacío que de ello resulta. Si tu observación te hace tomar consciencia de una multitud hormigueante de pensamientos, míralos pasivamente. El pensamiento «yo observo los pensamientos», es también un pensamiento observable. Permanece pues pasivo, extremamente atento y ve que “Eso piensa en ti”. Siente que eres algo distinto de los movimientos de la mente. Están los pensamientos y estás tú.

La práctica depende de cada uno, esta exige tiempo y perseverancia. Es de una forma insensible, como el Conocimiento emerge de tu Realidad profunda.

4° Perspectiva llamada de la observación global
La observación del hombre debe llevarse a cabo diariamente. Es aconsejable que todos los días te reserves un periodo de tiempo dedicado al silencio, en el cual, tranquilamente sentado e inmóvil, lleves a cabo la observación prolongada de sensaciones y pensamientos.

Independientemente de esta práctica, es particularmente importante el que integres esta observación a tu vida cotidiana. Puedes observar al hombre de una forma global en cualquier circunstancia. Observarlo andando, hablando, trabajando. Observar la alegría, la tristeza, la decepción, la impaciencia o el coraje, ir y venir. Es una cuestión de entrenamiento. Múltiples son los resultados que de ello se desprenden.

Por la observación, el conocimiento de si, por el conocimiento de si, un saber que supera infinitamente al hombre.

Este saber no les es dado sino a los que trabajan asiduamente por hacerlo surgir en ellos.  Los demás se contentan con una espiritualidad verbal con la que adornan su ego.

5° Perspectiva llamada de la conciencia moral
La observación es una presencia en sí misma, en ella la consciencia moral se desarrolla. La comprensión de lo que está bien y de lo que está mal, de lo que es bello o mezquino , de lo que debemos realizar o de lo que debemos abstenernos, surge espontáneamente dando una respuesta adecuada a cada circunstancia. No se trata de adoptar un código de conducta dictado por una autoridad exterior y así engendrar un conjunto de represiones e insatisfacciones.

Debes convertirte en el creador de tus propios valores morales. Es una cuestión de sensibilidad. Cuanto más claramente percibes que algo es negativo, menos satisfacción experimentas en realizarlo, y mayor alegría sientes en realizar aquello que se te presenta como positivo. El perfeccionamiento individual descansa en la toma de consciencia.  Compréndelo y vívelo.

Con la práctica, te das cuenta de que, cuanto más intensa es tu consciencia, más los elementos negativos del comportamiento, que de hecho son actitudes seminconscientes, se encuentran paralizados, y más tarde destruidos. Llegarás a un estado de espontaneidad total, en el que el mental razonador será abandonado. Ya no hay ni proyectos, ni angustias, ni preocupaciones inútiles. La extrema sencillez de la vida se te aparecerá. Pues la vida es simple cuando las complicaciones mentales han sido eliminadas. De instante en instante te sientes lúcido, disponible, adaptado a la Realidad.

6° Perspectiva llamada de la desidentificación
Cuanto más progreses en el arte de la observación, más el sentimiento de ser algo distinto de lo que observas se afirmará y se reforzará.

Tu eres el sujeto que observa. El cuerpo, los sentimientos y pensamientos, son el objeto de tu observación. La comprensión intelectual de esta evidencia no lleva a ningún sitio. Lo que resulta profundamente transformador es el vivir día a día e instante a instante esta comprensión. Gracias a ello, un profundo cambio se opera en nuestra forma de aprehender la existencia. Antes, cuando pensabas «Yo», te referías al cuerpo, a los sentimientos y a los pensamientos. Pensabas «mi cuerpo, mis sentimientos, mis pensamientos».  Pero he aquí que te das cuenta, con una intensidad cada vez mayor, que esta identificación con el cuerpo, los sentimientos y los pensamientos, era falsa. No eres ni el cuerpo ni los sentimientos ni los pensamientos.  Eres la Consciencia testimonial.  De esta forma, progresivamente, te desidentificarás del hombre. Esta desidentificaci6n va a desbarajustar todos tus valores. Vas a perder todo lo que te habías imaginado poseer. Es una muerte iniciática. Ya no poseerás nada. Conocerás el desprendimiento y la pobreza de espíritu, que preceden al Conocimiento de la Inmensidad.

7° Perspectiva llamada del desapego
Practicando esta lúcida observación surge el desapego. Te das cuenta de que todos esos sentimientos que permanecían apegados a ti, deseando, temiendo y lamentando, son exteriores a ti.  Son simples percepciones que tú, en cuanto que testigo silencioso, contemplas. Y te vas a dar cuenta de esto en circunstancias en las que habitualmente se presentaba el apego, y poco a poco se va a apoderar de ti un desapego total. Ningún renunciamiento doloroso ha sido necesario. Es una toma de consciencia apacible y silenciosa, vivida como una liberación del sufrimiento psicológico.

Todos los sufrimientos psicológicos son el resultado del apego.  En la total impermanencia de las cosas, todo aquel que se apega a las personas, posesiones, estatus social, a los futuros proyectos, está condenado a sufrir sin cesar. Só1o aquel que vive desapegado, puede atravesar la existencia con un corazón tranquilo y sereno.

A menudo se confunde el desapego con el ascetismo, y sin embargo se trata de dos cosas completamente distintas. El desapego del que nosotros hablamos, no está unido a ninguna clase de ascetismo. Puedes gozar de todas las cosas de la vida, y sin embargo no estar apegado a ninguna de ellas. El gozo es una percepción. Pero estar desapegado no significa eliminar una cualquiera de las percepciones. Significa no identificarse al cuerpo o bien a la mente, y permanecer observador. Esto no quiere decir que ya no vayas a experimentar deseo alguno, sino que vas a contemplar con ecuanimidad la satisfacción o la no-satisfacción de los deseos emitidos por tu personalidad. Tampoco incluye ninguna insensibilidad física o afectiva, sino ese dejar hacer que sobreviene cuando dejamos de tomarnos por un hombre, permaneciendo el testigo consciente, inafectado por las vicisitudes de la existencia.

Tal es la perspectiva del desapego, para quien no huye del mundo ni se aísla en un bosque o un monasterio, y continúa su búsqueda espiritual en el seno de una familia y de una actividad profesional.

Conseguir el desapego exige un trabajo cotidiano, de forma que logremos una discriminación constante y más tarde espontánea, entre nosotros y lo percibido.

Cada paso por este sendero se concretiza en un aumento de la libertad interior.

8° Perspectiva llamada de la conciencia de testigo

Si has practicado de una forma constante la observación, sabes por tu propia experiencia que percibes un hombre, pero que tu no eres ese hombre. La pregunta: ¿Quién soy yo? Surge entonces.  No se trata de endosarnos una teoría prefabricada. Debemos hacernos con frecuencia esta pregunta, y escuchar interiormente la respuesta. La percepción interior del Yo puro surgirá entonces, quien se identifica asimila el sentimiento del yo al cuerpo o al espíritu pensante. Pero si estás desidentificado, te será posible sentir el «Yo» de la pura Consciencia. «Soy Consciencia pura». Tal es la comprensión que surge en quien se pregunta y escucha.

De esta Consciencia testimonial, que percibe al hombre y al mundo, la mente no puede decir nada, pues es una consciencia que, en sí misma, está vacía de contenido. Si bien no es posible hablar de ella, podemos por el contrario percibirla:

Tranquilamente, sentado cierra los ojos y escucha los ruidos que llegan hasta ti. Presta, a continuación, atención al conjunto de sensaciones corporales y a los pensamientos, permaneciendo así atento y vigilante, percibe claramente, que tú eres el testigo de todas las percepciones físicas y mentales. Habiendo sentido tu independencia con respecto a lo percibido, lleva y dirige tu atención hacia lo que eres: el testigo de lo percibido. Dirige tu atención hacia la Consciencia en sí. Te darás cuenta entonces de que hay en ti un vacío, un silencio, un espacio inmutable. Concentrándote en esta percepción, entras en ese vacío y en ese silencio, que no tienen ni principio ni fin. La ausencia total de forma y de limitación del espectador de los pensamientos aparece. Ese espectador eres tú mismo y has sido llevado a vivir tu ausencia de límites, a vivir la realidad de tu vacío eterno.

No trates de rechazar las percepciones físicas o mentales. Simplemente presta atención a los que se encuentra detrás. Las percepciones sólo existen en la superficie de la Consciencia, y tú debes aprender a percibir su profundidad. Profundidad y superficie no se excluyen, a cada instante nos las encontramos conjuntamente presentes.

Este descubrimiento de la profundidad y de la inmersión progresiva en ella, necesita una práctica regular de la meditación.

9° Perspectiva del Ser en sí mismo
Esta pura Consciencia que eres tú, es la Consciencia de qué. Aquí no se trata de adoptar una teoría especulativa, sino que a través de una serie de pasos y en el seno de un extremado refinamiento de la sensibilidad interior, debemos sentir, que más allá de las percepciones y de los pensamientos, está el hecho de existir, y que ese hecho es un hecho consciente.

En ese mismo momento, Existes. Refuerza la sensación de Existencia. Siente: «Yo existo», y percibe que esta sensación contiene una inmensidad y un vacío. Este hecho de Ser que tu eres, es en sí mismo virgen de toda percepción y de todo pensamiento. En cada instante, ESTO permanece inmutable en ti. Haz la experiencia de esta Realidad indescriptible.

Cierra los ojos. Olvida el mundo. Olvida hasta el recuerdo del mundo. Imagínate que ya no percibes el cuerpo, y constata que no por ello has dejado de existir. Imagínate que dejas de pensar y que tampoco por ello dejas de existir. Percibe tu existencia pura. Haz abstracción de todo, y entra en el Conocimiento de lo que no tiene nombre.

10° Perspectiva llamada del sueño profundo
Cuando te sumergen en el estado de sueño profundo desprovisto de sueños, sigues existiendo. ¿Qué es lo que queda de ti entonces?  No queda más que el hecho de Ser. Desaparece la percepción física, la percepción mental y la consciencia mental, tan sólo queda la consciencia del Ser vacía de contenido. Recuerda tu último período de sueño profundo. ¿Qué eras tu, entonces? Trata de sentirlo. Sentir en uno mismo al Ser puro, es sentir ese Algo, que en el instante presente tienes en común con el sueño profundo. Comprende que el hecho de Ser es subyacente al estado de vigilia, de sueño y de sueño profundo, no siendo estos, sino diferentes espectáculos. En este mismo instante, si haces abstracción de todas las percepciones externas e internas, encontrarás en ti mismo la Consciencia vacía de contenido, que fue tu estado de Consciencia durante tu último periodo de sueño profundo.  Encontrarás la inmutable Consciencia, que es tu Identidad profunda, y que permanece detrás de las percepciones de la vida humana. Todas las percepciones son efímeras. Sólo ESO permanece, y porque sólo Eso permanece, como tela de fondo subyacente a las diferentes categorías de percepciones, Eso sólo es tu realidad profunda y permanente. El hombre en sus aspectos físicos y mentales no es más que una categoría específica de percepción. Lo que tu eres, es la Consciencia, esta Consciencia, que permanece inmaculada durante el sueño profundo. Esta Consciencia que, en este mismo instante, existe detrás de las percepciones.  Interiorízate, haz abstracción de estas percepciones. Percibe la presencia de la pura Consciencia vacía de contenido, que está en ti ahora, tal y como estuvo durante el estado de sueño profundo, y después del comienzo de la eternidad.

11° Perspectiva llamada de la inmanencia
Todo lo que existe tiene en común el hecho de Ser. Esta evidencia verbal debe ser vivida interiormente. Mira a tu alrededor y date cuenta de que todo lo que percibes, a pesar de su diversidad, tiene en común el hecho de Existir o de Ser. Este hecho de Ser, común a todas las cosas, e independiente de todas las formas de existencia, a través de las cuales se manifiesta, es una realidad invisible e indefinible, que puede ser sentida por la intuición.

Este hecho de Ser, común a todas las cosas, ¿es único o múltiple? En otras palabras, ¿Hay en el Universo un solo Ser o una multitud de seres? – La multiplicidad reposa sobre la separación y la distinción. Lo que es múltiple y distinto son las percepciones, que se refieren a las formas de existencia. El hecho de Ser, está más allá de toda percepción y de toda forma de existencia; nada separa tu ser del ser del vecino, de una silla o de una mesa. Todo lo que os distingue mutuamente se sitúa al nivel de las formas de existencia, y no del hecho de Ser, que es una realidad única Universal.

Mira atentamente el primer objeto que te encuentres, después elimina mentalmente todas las características que permitan la identificación de la apariencia material, con lo que es contemplado. ¿Qué queda?  El vacío sin forma.

Meditando sobre la Inmanencia, comprendemos que en el fondo del hombre, como en el fondo de todo lo que existe, se encuentra la simple y unívoca realidad, el hecho de Ser. Entonces la comunión con el mundo es una realidad viva. Eres capaz de sentir tu consciencia jugar con el cuerpo del niño, volar con el pájaro y permanecer en el árbol.

Contemplando un hombre, una planta, un animal o un mineral, puedes sentir que la misma y única Consciencia que está en ti, permanece en el objeto de tu Contemplación. Así, en tu estado de pura Consciencia, penetras el universo entero. Es un hecho experimental: quien percibe la presencia de la pura Consciencia en sí mismo, detrás de los pensamientos del hombre, puede percibir la presencia de esta Consciencia en cualquier elemento del mundo.

12° Perspectiva llamada de la identificación trascendente
Cuando sabes que tu naturaleza real es el hecho de Ser. ¿Qué son para ti ya el nacimiento y la muerte?: El comienzo y el fin de un conjunto de percepciones, atravesando el campo de tu Consciencia inmaculada.

Vivir al nivel del Ser, es saber que el nacimiento y la muerte no nos conciernen. Son simples espectáculos, y nosotros somos los espectadores. Existes antes del nacimiento del hombre y existirás también después. Antes de la aparición del mundo y después de su aniquilación. La vida post-mortem y las eventuales reencarnaciones no te conciernen. En realidad tu nunca te has encarnado. Só1o aquel que se toma por un hombre puede creer que nace, muere, se reencarna, va al paraíso o al infierno y conoce este o aquel destino. Tú estás fuera del espacio y del tiempo. Ser eterno consiste en tomar consciencia de su propia eternidad, y tomar consciencia es vivirla. Tu eres el Ser y participas de su Transcendencia. Es la ilusión de la identificación al hombre lo que arroja un velo sobre tu Realidad.  Es en el seno de esta ilusión y en su seno únicamente, donde existen la muerte, el sufrimiento, la limitación y la separación. Comprende que eres: Ser puro y pura Consciencia. Cesa de identificarte al hombre e identifícate con el infinito. Cierra los ojos, evoca mentalmente la vacuidad sin fin del Ser, evoca la Consciencia absoluta y repite mentalmente un buen número de veces: «Yo soy ESO», identificándote cada vez con lo inmensurable. Saborea la plenitud que se desprende de esta práctica.

13° Perspectiva llamada de la inefabilidad
A la vez Transcendente e Inmanente, pura Consciencia intemporal, estando el tiempo unido a las formas de existencia, el Ser en sí ha sido llamado Dios en ciertas tradiciones. Que Dios sea Ser puro es afirmado en la Biblia: «Yo soy aquel que soy» (Exodo-3). Este Ser puro es Dios fuera de todo antropomorfismo físico o sicológico. Es Brahman, es el Tao, es el Nirvana, todas estas palabras y otras muchas designan la misma Realidad Transcendente, que ninguna definición puede circunscribir y cuya experiencia sólo puede llegar superando el mental.

La mente no sabría dar una definición correcta de algo que está más allá de ella. Es por lo que Buda nos dice: «No intentes medir lo inmensurable con las palabras, como tampoco intentes lanzar la cuerda del pensamiento en lo impenetrable: aquel que se interroga se engaña, aquel que responde se engaña» (el triple cesto). Santo Tomás de Aquino le hace eco: «He aquí el punto extremo del conocimiento, que el hombre puede tener de Dios: saber que no puede saber nada de El».

Hay un Conocimiento nacido de la experiencia interior, del que ni el lenguaje ni el pensamiento pueden darnos cuenta de é1 debido a su inefabilidad. Todas las religiones y todas las grandes doctrinas espirituales e iniciáticas, convergen en el Conocimiento de esta Realidad Ultima. La aceptación de este punto de vista es la base del Universalismo espiritual. El sectarismo trata de probar, que cierta definición del Inefable es superior otras. Esto, realmente, es una necedad, pues toda discusión sobre el Inefable es vana precisamente porque es inefable. Lo único importante es la descripción del camino que nos lleve a su experiencia. Las palabras deben ser utilizadas como un remedio, terminando con la confusión y llevándonos hacia el Silencio en el cual el Inefable puede ser vivido. Si las palabras, en lugar de llevarnos hacia el Silencio interior desembocan en polémicas, especulaciones o estudios interminables, son pedagógicamente nefastas. Evita el caer en la trampa de las palabras y saborea el Silencio de aquel que sabe.

14° Perspectiva llamada del no actuar
Permanecer consciente del Ser es permanecer Despierto. Primero, debemos descubrir el Despertar, después trabajar, por medio de la llamada interior, para instaurar un Despertar permanente, permaneciendo inalterable en cualquier circunstancia. Esta es la base de la disciplina iniciática sobre la realización cotidiana en la que descansa la realización espiritual.

El Despertar en la acción se opera por medio de una atención total sobre lo que estamos haciendo. Cuando te absorbes enteramente en la actividad, deja de haber actividad agradable o desagradable. Las apreciaciones del ego han desaparecido, y estás en cuerpo y alma en lo que estás haciendo. Un silencio interior, una paz, una energía, son sentidos.  Te das cuenta de que el vacío y lo colmado se interpenetran. Cuanto más perfecta es esta concentración en la acción, más eficaz resulta la eliminación de pensamientos parásitos e inútiles, pudiendo más fácilmente percibir como un telón de fondo el vacío eterno de tu Transcendencia.

De esta forma, poco a poco, empiezas a comprender que en cada instante, en el seno de cualquier actividad realizada por el hombre, permaneces inactivo en la inmutabilidad de tu Paz inalterable.

15° Perspectiva llamada de las apariencias fenomenales
Para el hombre, el mundo es una realidad objetiva, ya que é1 tiene el mismo nivel de realidad que lo que le rodea.  Pero para la consciencia, es un simple sueño.

Mira a tu alrededor y date cuenta de que tu no conoces nada fuera de la tela de tus percepciones. Este mundo dicho «exterior», no es más que un conjunto o serie de percepciones coherentes desprovistas de toda realidad profunda. Es un espejismo, una alucinación. No lo comprendas sólo, siéntelo.  La mirada que deposites en las cosas se verá radicalmente modificada.

Recuerda o repasa lo más sucintamente posible el conjunto de percepciones, que desde el comienzo de esta vida se han encadenado hasta producir lo que, en este mismo instante, percibimos.  Date cuenta de que se trata de un sueño, en el que cada día es un episodio.

Habiendo provocado en ti esta sensación de sueño, toma la costumbre de conservar esta percepción en tu vida cotidiana. Vive día a día, instante a instante, la existencia como la percepción de un sueño alucinante.

De ello se desprende el máximo desapego.  En efecto, ¿a qué nos vamos a agarrar cuando sabemos y sentimos que el mundo es un fantasma que pasa?  Todas las ilusiones se desmoronan y eres proyectado al vacío.

Só1o en esta percepción hay total libertad e independencia, pues la Consciencia Testigo no está inserta en la trama de la existencia temporal.  El mal, el horror, el sufrimiento sólo existen para la Consciencia que por identificación, se encuentra restringida a las dimensiones del hombre. Vive pues al nivel de tu verdadera naturaleza que es Consciencia Intemporal. ¡Hazte libre!

El Ser crea el mundo pensándolo. Lo que tú percibes no es más que un fragmento de esta inmensa meditación. Quien se siente existir en tanto que Ser puro, asiste a la ininterrumpida creación del mundo. Ve que el Universo es un sueño construido en el vacío. En el seno de los abismos de lo sin forma, el Pensamiento Cósmico se enlaza y engendra el movimiento fenomenal. Entonces, en la única Consciencia transcendente aparece una multiplicidad de focos de percepción localizados, de los que el hombre es un ejemplo.

El mundo se te mostrará como el juego del Eterno. Un juego que día a día se convierte en el tuyo.

16° Perspectiva llamada del asombro maravilloso
Con los ojos cerrados, entra en el vacío y el silencio sin fin del Ser. Paséate por lo inconmensurable y permanece en él. Saborea abundantemente su sabor. Cuando tu contemplación se acabe piensa de nuevo en el mundo.  Suscita en ti el deseo, la curiosidad de volver a ver su rareza, y así, volviéndote dulcemente hacia él, abre los ojos lentamente. Mira lo que se encuentre delante de ti con una intensa consciencia. Has quedado absorbido por el mundo cambiante de formas y colores.  Venías de la ausencia total de todo y la belleza del mundo te ha chocado. Es el asombro maravilloso del contrario por el contrario. E1 asombro maravilloso del vacío por lo lleno, de lo sin forma por la forma, de lo ilimitado por lo limitado, de lo incoloro por el color de lo intemporal por lo temporal.  La vida y su fantasmagoría fenomenal se convierten entonces en una delicia y un éxtasis continuos.  Amas al mundo como el hombre ama a la mujer. Quien esto sabe posee la alegría.

17° Perspectiva llamada de la unidad con el Todo
Reflexiona sobre el hecho de que todo lo que percibes interior y exteriormente es la manifestación de una misma Realidad. Realidad Suprema que se llama Dios, y que en su estado de No-Manifestación Transcendente permanece como una vacuidad informal, y que en su manifestación engendra todo lo que existe. Habiendo reflexionado sobre esto, mira a tu alrededor y dite que: «Todo es la Manifestaci6n de Dios». Permanece así, mirando atentamente a tu alrededor y dándote cuenta que la comprensión: «Esto es la Manifestación de Dios», da una tonalidad y una resonancia interiores diferente a tus percepciones. Vivir cotidianamente esta comprensión es transfigurar su existencia propia. Pero hay que ir todavía más lejos, al dejar de concebiros como una realidad separada de Dios.  Pues si Dios es el Todo, tú no puedes estar separado de ese Todo. Este cuerpo y esta mente son una manifestación de Dios. Esta Consciencia es una parcela de la Consciencia infinita. Eres indisociable de Dios en sus aspectos manifestado y no-manifestado. Eres indisociable de lo que en este mismo instante percibes. Deja todo por unos instantes, observa atentamente lo que te rodea y trata de sentir tu unidad con lo percibido. Comprende y siente que eres al mismo tiempo la Consciencia intemporal presente en cada forma de vida, y la multiplicidad de las percepciones cuya trama universal forma el sueño alucinante del cosmos. Vivirlo es reconocerse en todas las cosas. A partir de aquí, el hombre, que no eres en el sentido limitativo, se encuentra incluido en tu realidad englobante. Ya no hay nada ni nadie que pueda estar separado de ti. Todo resuena en ti y tu estas en todas las cosas. La unidad con el Todo es vivida. De ello resulta el sabor de una comprensión que modifica radicalmente tu forma de ver el mundo. Resulta una compasión activa hacia todos los sufrimientos. Una plenitud dinámica que te empuja a la acción.

18° Perspectiva llamada de la devoción
La búsqueda de la iniciación acaba en el conocimiento de Dios, en quien ves el Ser único y eterno del que eres indisociable. Tú posees dos rostros. Tú eres EL al nivel de la esencia y tú eres el hombre al nivel de la manifestación.

Esto es por lo que el conocimiento y la devoción no se excluyen. La devoción lleva al conocimiento y el conocimiento puede acompañarse de devoción.

Permaneciendo presente en el hombre, eleva tus sentimientos hacia la Presencia informal de lo Divino. Es una pura oraci6n de amor que no exige nada, y encuentra su recompensa en la propia marcha.

Percibe o representase la presencia de la inmensidad informal que te rodea. Comprende que estás sentado en el seno del infinito. Comprende que este infinito no es un espacio muerto, sino una realidad viva, una presencia consciente. Comprende, que el vacío consciente del sin-límite, es el Señor revelado en todas las religiones. No le des ninguna forma, ningún atributo simbólico.  Aprehéndele simplemente en tanto que inmensidad inconmensurable, informal y omnipresente.  Estando así ante la presencia de Dios, desparrama sobre El tu sentimiento de amor. Que tu amor se pierda en su infinitud. Que tu amor hacia E1 crezca y se convierta en una pasión devoradora.  Suplícale para que te otorgue la gracia de amarlo cada vez más, y de no olvidarlo nunca aunque sólo sea por un instante.

Cuando en cada día se asienta una relación amorosa entre Dios y su servidor, la vida humana queda iluminada.

19° Perspectiva llamada de la sumisión
Una dialéctica queda establecida entre la Esencia y la Manifestación, entre Dios y el hombre. La vida ya no es sentida como el fruto de un azar ciego. Te das cuenta de que a través de cada acontecimiento, Dios enseña y ejerce sobre el hombre una pedagogía formadora. La significación de la vida se aparece entonces claramente.

Las pruebas de la vida ya no son «malas muertes», sino test, en los que Dios te permite de reforzar tu desapego y tu determinación.  Tú dices: «Que se haga su voluntad”, y sabes que en todas las cosas impera su voluntad.

Permaneciendo en un estado de sumisión y de receptividad interior hacia Dios, serás inspirado y guiado por su Gracia.

La sumisión es pasiva con respecto a lo que el destino, expresión del querer Divino, te impone.  La sumisión es activa con respecto a la realización de las obras que te designa la consciencia moral.  A través de la consciencia moral, Dios te inspira y hace de ti, en tanto que hombre, un instrumento de su Voluntad, que obra en el mundo.

20° Perspectiva llamada de la expansión del corazón

Toda perfección permanece potencialmente en el vacío del no-manifestado. De ahí, que por la unión mística, el hombre se convierta en el receptáculo y en el lugar de manifestación de las cualidades Divinas.

Cuanto más permanezcas interiormente fundido en el Ser Transcendente, más abundará el amor en ti. Es una oleada ininterrumpida de amor que se vierte en ti y que se desparrama por la creación.

Aprende a abrir las puertas de tu coraz6n: mira atentamente a un hombre, guardando el espíritu vacío y receptivo. Sin juzgar o reaccionar mentalmente. Y lograrás una profunda comprensión de su personalidad. Y en la comprensión, la percepción de lo que es bello, y también la compasión por aquello que es negativo. Con la comprensión el amor. Reforma tu forma de mirar a la gente, y el amor os será tan natural como el respirar. Este arte sutil es indispensable, si queremos que el amor abandone el mundo de las palabras y se convierta en una realidad vivida.

En la atención, la lucidez y el silencio de la mente, surge el amor. Es una fuente pura, que se expresa por el placer de amar y no espera nada a cambio. Este es el secreto del amor.

La vida se transfigura en el amor cotidiano por los objetos, las plantas y toda la naturaleza, animales y hombres. Hay que trabajar para introducir sistemáticamente el amor en cada día.

21° Perspectiva llamada del amor
El Ser único y eterno se manifiesta bajo la forma de la mujer, del hombre, del niño, del viejo y del amigo. Es a El y solamente a El a quien debes de amar, a través de las individualidades con las que tengas una relación privilegiada, que no hacen más que detentar algunas parcelas de Su belleza.

No amando más que al Eterno, tus sentimientos cesarán de fijarse y detenerse en una u otra persona o individualidad. Seguirás amando pero de esta forma nunca podrás estar separado del objeto de tu amor. Será un amor universal, desprovisto de las mezquinerías del apego. Un amor libre y fuerte, que aprehenderá al Eterno a través de las formas de vida transitorias. Mira a la gente que te rodea y comprende que todo lo que puedes amar en ellos es una manifestación del Señor. Ámalos sin detenerte en su Individualidad. No los ames por ellos mismos, ámalos para amar a través de ellos al Señor. Aprende a amar al Unico a través de las apariencias de lo múltiple. Piensa en todas las personas que has amado y en las que todavía amas ahora. Comprende que en todos ellos has amado la misma Realidad. En el seno de tu vida cotidiana reforma poco a poco tus sentimientos, y en tus relaciones humanas aprende a no amar más que a Dios.

22° Perspectiva llamada de la sacralidad humana
Debes percibir la independencia de la Consciencia con respecto al cuerpo, pero también iluminar al cuerpo haciendo descender a la Consciencia a él. Por la presencia de la Consciencia en el cuerpo, se produce una armonización entre el yo vegetativo y el yo cerebral, la vitalización y la alegría corporal.

Cuanto más desciende la Consciencia al cuerpo, más fácil resulta despertar é1 las zonas energéticas profundas.

En este mismo instante, date cuenta de que la Consciencia puede impregnar la totalidad del cuerpo. Puede difundirse en é1 y estar presente en todos sus miembros. Hacer esto regularmente es dinamizar al cuerpo. Vivir con el cuerpo es vivir impregnándolo de Consciencia. A partir de entonces, el cuerpo, con el que ya no nos confundimos, se convierte en un lugar de beatitud. La cotidianidad de la vida corporal se convierte en un gozo y en una fiesta. Comer, lavarse, pasearse, serán ahora actos grandiosos, fuentes de plenitud, actos sagrados, éxtasis de comunión cósmica.